Como Director Ejecutivo de Desarrollo y Asuntos Gubernamentales de la Ciudad de Mishawaka, tuve el honor de presentar hoy una proclamación en nombre de la Ciudad de Mishawaka en nombre del Alcalde Dave Wood para el Mes de Concientización sobre la Violencia Doméstica en la conferencia de prensa de la YWCA. Esta es una causa profundamente personal para mí, marcada por una tragedia que alteró para siempre mi perspectiva sobre este tema crítico.
En 1989, yo era la directora del Centro Comunitario del Ejército de Salvación en Mishawaka cuando perdí a una querida amiga, Lisa Bianco, a causa de la violencia doméstica. Lisa fue brutalmente asesinada por su ex marido, que había sido liberado recientemente con un pase de 23 horas por error. Lamentablemente, Lisa no recibió ninguna advertencia. Todavía recuerdo vívidamente la última conversación que tuvimos la noche antes de su muerte: vino a recoger a sus hijos, Amber y Brooke, del centro comunitario donde habían estado participando en nuestro programa extraescolar. Charlamos, como siempre lo hacíamos, sin saber que sería nuestro último intercambio. A la mañana siguiente, me desperté con la devastadora noticia de que Lisa había sido asesinada delante de sus hijos.
Este incidente afectó profundamente mi vida y me hizo comprender la dura realidad de la violencia doméstica. Es una tragedia que va más allá del individuo; afecta a las familias, las comunidades y la sociedad en su conjunto. Después del asesinato de Lisa, tuve el privilegio de trabajar con Amber y Brooke, brindándoles amor, atención y un sentido de continuidad en un momento de pérdida inimaginable.
Si bien se han logrado avances importantes en la lucha contra la violencia doméstica, gracias a los incansables esfuerzos de defensores como Millie, la madre de Lisa, aún queda mucho por hacer. Las leyes han cambiado y los derechos de las víctimas han mejorado, pero la prevalencia de la violencia doméstica sigue siendo alarmantemente alta.
El Mes de Concientización sobre la Violencia Doméstica es un recordatorio vital de que esta cuestión no puede relegarse a un solo mes de discusión. Debemos mantener la concienciación y la defensa durante todo el año. Cada uno de nosotros tiene el poder de marcar una diferencia. A continuación, se indican algunas acciones específicas que podemos llevar a cabo:
- Edúquese usted mismo y eduque a los demás: Es fundamental comprender la dinámica de la violencia doméstica. Asista a talleres, lea artículos y comparta información para ayudar a generar conciencia en su comunidad.
- Apoye a las organizaciones locales: Participe en refugios locales, líneas directas y grupos de apoyo (YWCA). Ofrezca su tiempo como voluntario o haga una contribución económica para apoyar su labor crucial.
- Sea un oído que escucha: Si alguien te cuenta sus experiencias, escúchalo sin juzgarlo. Valida sus sentimientos y anímalo a buscar ayuda si se encuentra en una situación peligrosa.
- Abogar por el cambio: Comuníquese con sus representantes locales para apoyar la legislación que protege a las víctimas y obliga a los agresores a rendir cuentas. Su voz es importante a la hora de formular políticas.
- Crear espacios seguros: Ya sea en el trabajo o en su comunidad, fomente un entorno donde las personas se sientan seguras de hablar de sus experiencias y buscar ayuda.
- Modelar y enseñar relaciones saludables: Involucre a los jóvenes de su comunidad en la importancia del respeto, el consentimiento y las relaciones saludables. La prevención comienza con la educación.
No es fácil afrontar las realidades de la violencia doméstica, pero nuestras acciones colectivas pueden fomentar una cultura de apoyo y concientización. Honremos la memoria de quienes, como Lisa, su familia y sus amigos, han sufrido y luchamos por crear un mundo más seguro y compasivo. Juntos, podemos marcar una diferencia significativa.
Autor: Matthew Lentsch